Hace tiempo que no escribo. Simplemente no he tenido ganas. Estoy cansado, triste, a veces me deprimo y a veces exhulto.
Sin embargo hoy he leido en blogs de otros internautas, igual de perdidos que yo, un cuento corto de Lefcadio Hearn. Dulce, explica la historia del pescador que se casa con una Diosa del mar y se vuelve inmortal...inmortal hasta que añorando la vida anterior comete un error y muere... Me ha hecho reflexionar, la vida es bella, estamos vivos y esto es más que suficiente para ser feliz. Muy feliz.
Cuando un monje tras larga mediatación recibe el don de la iluminación se da cuenta que en sí mismo todo se reduce a la nada, a lo básico, a lo simple. Respiro, vivo, comparto , soy....
Al creador@ del blog "El club de los poetas muertos": Gracias porque hoy me has devuelto las ganas de seguir un poquito más.
Isao, en su escapada, dispuesto ya a morir, suicidándose haciéndose el seppukku pensó
"El sol ardará en salir, Y no puedo permitirme la espera. No hay un brillante disco que se eleva hacia las alturas. Tampoco un noble pino que me ampare. Ni un mar resplandeciente..."
Aun así, acosado por sus perseguidores, se quitó su ropa, y expuso al viento su vientre. Dispuesto a morir aunque no como él había soñado, lamentándolo empezó el lento y agonizante rito suicida del seppuku...
"Entonces, con un poderoso impulso de su brazo, hundió la hoja en su vientre. En aquel momento, cuando sus carnes se entreabían, el brillante disco del sol surgió de pronto, estallando tras sus párpados...."....FIN..
Aun siendo trágico es un final feliz pues nos enseña que aun en el extertor agónico final y aun en la extrema necesidad, siempre - si hay fe - se encuentra la esperanza...
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