Bajé ¡Mi amor! de la mísera tierra al cielo de tu cama
Y allí semidesnuda, ¿dormida? - de soslayo me mirabas.
Sentado a la orilla de un vergél de rosas y violetas
contemplando tu respirada calma, gozaba
Mientras tú, fingiendo, sonreías, pilla.
Haciéndote la dormida... tan callada .
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Tu boca semiabierta, amapola salvaje, orgullosa
En rojos pétalos de libertad temeraria,
Se abrían a mi como si fuera el sol de la mañana
Para que sin rubor ni pudor a voces pidiendo gritara
Que la besara...
Y la besé y desaté la tormenta que Pandora paciente guardara.
Sin dejar que el viento de su pecho lugar en mi no arrasara.
Y aguanté al pairo, orgulloso capitán que enfrenta a la mar brava.
Mientras el mar y la tierra se conjuran para que exista solo un hoy
Pero que nunca llegue un mañana...
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Seamos tan sólo dos espantapájaros de paja hechos, sin corazón ni ojos para otros.
Contentos por abrazarse para siempre, en esta tierra antes yerma, ahora clavados
Ahora abrazados, ahora enamorados..al amparo del viento del Este y del Oeste expuestos
En sintonía con ese que dicen Dios, o con quien quiera que sea su amo...
¿Qué más da? Si... tan sólo paja somos en campos de amarillos puros horneados
Antes campos muertos y ahora...a golpe de cadera por brillante simiente sembrados...
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Tus manos y mis manos...
En el cielo, el oscuro e infinito miedo al cual
Ahora juntos por fin nos enfrentamos.
