
En 1995 trabajé para mi compañia en Israel. Tel Aviv, Ashdod, Haifa, Jericó, Gaza, Jerusalem, Massada..el Mar Muerto, Israelies, Palestinos, Laicos, Ortodoxos...Todos esos lugares, todas esas gentes me son conocidas, familiares y en algunos casos queridas. Aunque no puedo decir que comprendidas.
La historia se repite, una y otra vez, desde tiempos remotos. Hoy mato a tu hermano, mañana tu matas a mi primo y su hermano matará a tu primo....¿Hasta cuando?.
Israelies y Palestinos están condenados a comprenderse y a vivir en paz. No hay otra salida. ¿Cómo podría haberla en una tierra tan pequeña, tan exigua?. Además a ojos de un foráneo - como yo era - las similitudes, las semblanzas entre ambos pueblos eran muchísimo más fuertes que sus diferencias...Se que esto no le gustará a muchos pero era así. En el fondo son iguales.
Por la gente que conocí, de ambos pueblos para que algún día puedan vivir sin tener miedo.
Shalom.
Se llamaba Laila , era judia,
hace tres días murió.
Su novio Baruch, juró vengarla.
Voluntario se prestó.
Loco de ira, ciego de rabia,
fue el primero en entrar en Gaza.
Una columna de muerte guiaba.
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Ella estaba en casa,
sólo una vida normal
junto a él, soñaba.
Su muerte vino del cielo,
no pudo hacer nada.
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El se enteró en el frente,
ni siquiera pudo enterrarla.
Venganza clamaba.
Venganza lloraba...
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La columna de carros avanzó,
jauría de perros salvajes
sin amo
sin dueño
Baruch la lideraba.
¡Ojo por ojo!
En voz baja musitaba.
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A sus órdenes dispararon,
mil y un relampagos al únisono brillaron
La tierra se convirtió en fuego
el cielo enmudecido estalló
cubierto con mil gritos de agonía y rabia.
Baruch, ajeno, lloraba.
disparaba...
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Fueron tres días y tres noches.
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Al amanecer del cuarto día
Baruch dío su venganza por terminada.
Su corazón inerte
Su conciencia ya demente
y a quellos gritos en ella anclada
Gritos de terror, pánico y muerte
y junto a ellos, para siempre mezclada.
La dulce voz de Laila
que le reclamaba.
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Se llamaba Rachid, era palestino
hoy murió,
Su hermana Fátima juró vengarlo
Voluntaria se prestó.
Loca de ira, ciega de rabia,
se lavó, se peinó
y se puso su mejor camisa blanca...